EBARCELONING

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RUTA ROMANA

RUTA ROMANA

Una visita por la Barcelona romana es una caja de sorpresas con restos arqueológicos que datan de la época de formación de la ciudad. Barcino, la ciudad romana fundada en el siglo I a.C, nos ha dejado un legado valioso. Lo descubriremos en el Barri Gòtic, emplazamiento del primer recinto amurallado.
Un recorrido por el perímetro de la muralla romana nos lleva a ver algunos de sus restos en lugares como la plaza de Ramón Berenguer, la calle Tapineria o la plaça Nova. Aquí se encontraba una de las puertas de entrada a Barcelona. Dos torres de la muralla dan fe de que por aquí entraban carruajes y peatones. A un lado, adosado a la casa de l'Ardiaca, hay el fragmento de una copia moderna de uno de los dos acueductos de la ciudad. Desde aquí salía una de las vías principales de la colonia romana, el antiguo Cardus, hoy la calle del Bisbe, que se cruzaba unos metros más adelante con el Decumanus, la actual Baixada de la Llibreteria.

En este punto de intersección se encontraba el Fórum romano, que coincide con la actual plaza de Sant Jaume. Podemos ver los restos imponentes de cuatro columnas del templo de Augusto en la calle Paradís, en el interior del Centre Excursionista de Catalunya. Cerca, en la plaça del Rei, el Museu d’Història de Barcelona nos ofrece una visita por el interesante conjunto arqueológico de la antigua colonia romana de Barcino. Ya fuera del recinto amurallado, en la plaza Villa de Madrid, se pueden ver 70 tumbas de la antigua necrópolis.

Columnas del Templo de Augusto
De pronto la visita al Barri Gòtic de Barcelona nos sorprende enseñándonos un secreto escondido en una casa de la calle Paradís. Dentro de un pequeño patio medieval, las cuatro columnas del templo de Augusto respiran tranquilas a pesar del paso de los siglos. Tienen más de dos mil años de historia, como Barcelona misma.

Lo encontraremos ascendiendo la calle Paradís del Barri Gòtic, cuyo nombre parece ser que venía de un hermoso jardín situado en la zona de los templos de Barcelona. Delante del número 10 de esta calle, una piedra de molino nos marca el punto más alto de la ciudad romana, el monte Táber, de poco más de 16 metros de altura. Las columnas del templo de Augusto que hay en el interior miden unos 9 metros. El templo se construyó durante el siglo I a.C, y como su nombre indica estaba destinado al culto del emperador Augusto.

Casa de L’Ardiaca
La Casa de l’Ardiaca, residencia de la jerarquía eclesiástica de los ardiacas desde el siglo XII, ha sido objeto de muchas modificaciones, como la que unificó la casa del Decano a principios del siglo XVI. Fue entonces cuando se colocó el patio central con soportales. De esta época datan las decoraciones renacentistas que se adaptan a la estructura gótica flamígera del edificio inicial. Una escalera conduce hacia la terraza superior, una balconada al más puro estilo Romeo y Julieta. Al fondo de la Casa de l’Ardiaca descubriremos que la pared donde se apoya forma parte de la antigua muralla romana de Barcelona.

Plaça Nova:
Visitar la plaça Nova es situarse frente a la puerta de entrada de la muralla más monumental de la ciudad romana de Barcelona, pero también significa descubrir arte en diversos lugares, como por ejemplo el friso de Picasso del Col•legi d'Arquitectes.

La plaça Nova de Barcelona tiene sus orígenes en 1358, cuando se situaba allí el mercat de la Palla. Ya entonces los ciudadanos de Barcelona podían contemplar una de las cuatro puertas de entrada a la ciudad romana que iba, Cardus arriba, hacia el Forum. Dos torres de planta circular franquean la puerta que nos introduce al corazón del Barri Gòtic. Son el resultado de las reformas hechas durante el sigo XII, aunque el origen de las torres de defensa y la muralla se remonta a los siglos I a.C y IV d.C.

Plaça Vila de Madrid:
La plaza Villa de Madrid, situada muy cerca de la Rambla y de la plaça Catalunya de Barcelona, merece una parada en el camino. Podremos contemplar el yacimiento sepulcral más importante de la Barcino romana rodeado de elegantes fachada; un espacio en el distrito de Ciutat Vella que nos descubre el pasado romano de Barcelona.

La plaza Villa de Madrid se urbanizó durante los años 50, en el espacio que ocupaba el antiguo convento de Santa Teresa de les Carmelites de Barcelona, destruido por un incendio en 1936. Durante las obras quedó al descubierto una antigua necrópolis romana que se incluyó en un espacio ajardinado. Desde una pasarela elevada podemos ver un total de 70 tumbas datadas entre los siglos II y III d.C. Observamos claramente cómo los romanos construían sus cementerios fuera de las murallas.

En la plaza vemos también la fuente con la escultura de mármol blanco de la misma época, dedicada a la Maja, de Lluís Montané. Una discreta placa recuerda las víctimas del 11 de marzo de 2004 en Madrid.

By HOTEL CIUTAT DE SANT ADRIA (xolba@ciutatdesantadria.com)


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